Los llamamientos a la dimisión del primer ministro Israel crecen, tras la difusión de información sobre el caso Bezeq, en el que se sospecha que Benjamin Netanyahu obtuvo cobertura favorable de esa empresa de comunicación a cambio de favores, informan hoy medios locales. Yair Lapid, líder del opositor partido centrista Yesh Atid señaló que Israel se merece un primer ministro a tiempo completo y no uno que esté enredado en otras cosas. Lapid presentó ayer una moción de confianza en el pleno del Congreso y sugirió que el jefe del Gobierno nombre a un sustituto interino de las filas de su partido el Likud, hasta que la sucesión se resuelva en las urnas. El líder del bloque de partidos de izquierda Unión Sionista, Avi Gabay, también se expresó en el mismo sentido que Netanyahu se ha convertido en un lastre para los ciudadanos de Israel. Un líder con escándalos diarios, con casos de corrupción y con una obsesión enfermiza por ‘el qué dirán’ y lo que divulga de él la prensa. Anoche finalizó la orden de no informar sobre el caso de corrupción del gigante telefónico Bezeq, conocido también como Caso 4000, y la Policía reveló esta mañana que el domingo arrestó a 7 personas: dos colaboradores muy próximos a Netanyahu y dos ejecutivos de la compañía, además de su dueño, Shaul Elovitch, junto a su esposa e hijo.