La violencia y discriminación que sufren las mujeres será uno de los asuntos transversales del 38 período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que empieza este lunes, con muchos de sus miembros sumidos en la ansiedad por una eventual retirada de Estados Unidos de este órgano.
Otro gran eje temático del segundo ciclo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de este año será la preservación del espacio de la sociedad civil y del derecho a la manifestación pacífica, en un contexto en el que incluso Estados democráticos dan señales de querer restringir este derecho.
El respeto de los derechos humanos por parte de las corporaciones y la relación entre derechos humanos y cambio climático serán otros temas actuales que ocuparán hasta el 6 de julio la atención de los 47 países que integran el CDH.
Sin embargo, será la violencia contra las mujeres el tema que, por su actualidad en la ola del movimiento #MeToo, surgirá en varios debates, con Canadá que presentará un proyecto de resolución sobre esta problemática en el contexto digital y las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías para afrontarla.
México y Colombia, por su parte, presentarán una iniciativa conjunta sobre el acoso sexual.
Sin embargo, estos importantes temas pueden quedar fuera del foco de atención si EEUU cumple la amenaza que lanzó hace un año, cuando adelantó que si el CDH no se sometía a una profunda reforma abandonaría este órgano.
Los rumores se multiplican en ese sentido, particularmente luego de que EEUU no pudiese convencer a la Unión Europea para que le apoye en su objetivo de eliminar el punto permanente de la agenda del CDH dedicado a la situación de los derechos humanos en Palestina, reconoció un diplomático europeo.
Ese debate da lugar cada año a una resolución condenatoria de Israel.
La reciente sesión de emergencia que el CDH convocó para tratar los ataques del Ejército israelí contra manifestantes palestinos en Gaza y que concluyó con una nueva condena del Estado hebreo puede haber sido la gota que ha colmado el vaso para Washington.
El persistente desinterés de la Administración estadounidense por el CDH se refleja en que sigue sin nombrar a un embajador titular ante la ONU en Ginebra y que esas funciones son asumidas por un diplomático encargado.
Si la amenaza de EEUU se concretase todavía quedará por ver qué forma toma, es decir si simplemente se ausenta de las sesiones dejando su asiento vacío o si opta por una renuncia plena y formal, lo que no tiene precedentes en el CDH, instancia intergubernamental creada en 2006.
Otra singularidad de esta sesión consiste en que será la última para el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, el jordano Zeid Ra’ad al Hussein, a quien se reconoce por el valioso trabajo que ha realizado en los últimos cuatro años en favor de esta temática en un contexto internacional muy poco propicio.
El discurso de Zeid este lunes es esperado por la mayoría como una suerte de “testamento” de un alto comisionado que, a pesar de las presiones, no ha callado cuando ha debido denunciar con nombre propio incluso a jefes de Estado por permitir o incitar a violaciones de los derechos humanos.
Asimismo, entre las situaciones más graves y que serán evocadas en el CDH, las principales serán las de Siria, de República Democrática del Congo, de República Centroafricana, así como la de los refugiados rohinyás en Bangladesh y la migratoria.
Una fuente del CDH indicó que no se prevé que ningún país presente algún proyecto de resolución sobre Venezuela, aunque lo más probable es que muchos hagan referencia a las denuncias sobre la inquietante situación de los derechos humanos en este país.