El rápido crecimiento de las aplicaciones de reparto en Ecuador ha sido posible en buena medida gracias a la migración venezolana, que representa en torno al 50 % o más de los repartidores que han hecho de este trabajo su medio de vida.
Como en otras capitales del mundo, el auge de este tipo de servicios ha despegado exponencialmente, pero en numerosos países latinoamericanos ha ido de la mano del flujo migratorio de venezolanos, que han descubierto este un nicho laboral en los países receptores.
“Más del 50 % en Quito son de origen venezolano, en su mayoría gente joven que no tenía una oportunidad laboral y hoy tienen unos ingresos de una fuente sana y que dinamizan la economía“, explicó a Efe Daniel Arévalo, el gerente en Ecuador de la empresa española Glovo, desde su primera sede en el norte de la capital.
En total la empresa dispone de un millar de “glovers“ como suelen llamar a los repartidores de la caja amarilla, y una larga lista de espera, y si bien se trata de una aplicación de “multicategoría“, el principal negocio está en la entrega de comida a domicilio.