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Estafas de soporte técnico: a qué prestar atención en 2023

Estafas de soporte técnico: a qué prestar atención en 2023

ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, analiza el fraude conocido como la “estafa del soporte técnico” que ofrece a las personas un falso servicio de soporte técnico buscando “resolver” problemas inexistentes. Al utilizar distintas estrategias de ingeniería social, estos delincuentes logran engañar exitosamente a una gran cantidad de personas de que hay un problema en algún sistema, para que entreguen su dinero o datos confidenciales, como contraseñas y detalles financieros.

En los Estados Unidos casi 24.000 personas informaron haber perdido casi $348 millones debido a las estafas de soporte técnico en 2021, lo que representa un aumento del 137 % en las pérdidas con respecto al año anterior, afirma el FBI. Sin embargo, esto no captaría la magnitud del problema, ya que muchas víctimas son reacias a realizar la denuncia correspondiente. Mientras tanto, una investigación aparte realizada por Microsoft en 2021 afirma que tres quintas partes de los consumidores globales se habían encontrado con este tipo de estafa en los 12 meses previos y “uno de cada seis cayó en la trampa”, a menudo perdiendo dinero en el proceso.

“El lado positivo de todo esto es que se trata de un delito cibernético que se puede prevenir con una buena dosis de conciencia del usuario. Al detectar las primeras señales de advertencia, las personas pueden evitar ser víctimas de este esquema, ahorrando mucho tiempo, dinero y posiblemente lágrimas en el proceso”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.

Las estafas de soporte técnico han evolucionado significativamente durante la última década. Los primeros casos involucraron llamadas en frío de falsos agentes de soporte técnico que generalmente tenían su sede en India y afirmaban trabajar para Microsoft, Dell, Cisco u otra compañía de tecnología, incluidos proveedores de seguridad conocidos. De esta manera, los estafadores llamaban a las personas de la nada y, de una manera más o menos aleatoria, intentaban convencerlas de que su computadora tenía un problema que debía solucionarse de inmediato a cambio de una tarifa.

El éxito de estos intentos se basaron en gran medida en encontrar víctimas con poco conocimiento de cómo funcionan realmente las computadoras y llegaron a ser respaldados por sitios web y páginas de Facebook que ofrecen “ayuda” a los usuarios de productos específicos.

Con el tiempo comenzaron a surgir anuncios engañosos, ventanas emergentes falsas, sitios web de soporte falsos y ataques que involucraban programas maliciosos similares a malware. De estas manera en las pantallas de las computadoras de las personas se desplegaban alertas que intentaban convencerlas de que algo andaba mal con su máquina. Las estafas se fueron sofisticando y dieron un giro: comenzaron a atraer a la víctima para que sea ella quien llame al estafador (a menudo después de visitar un sitio web dudoso), en lugar de que los estafadores llamen en frío a las personas de una manera en gran medida aleatoria.

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