El melanoma es el tipo de cáncer de piel más grave y se origina en las células que producen el pigmento que da color a la piel (melanocitos). El estudio señala que la tendencia a buscar un bronceado y la facilidad para viajar a destinos soleados desde los años 60, antes de que se conocieran los peligros del cáncer de piel, probablemente estén relacionados con el aumento de las tasas de melanoma entre las personas mayores.
La dermatóloga del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), doctora María Wan Der Biest, aseguró que la piel debe tener una apariencia homogénea, brillante, sin endurecimientos o descamaciones, por lo que es necesario permanecer atento a los cambios y cicatrices de este órgano, ya que estos pueden ser cancerígenos y requieren la revisión de un profesional.
La piel es el órgano más grande del cuerpo, que protege al organismo de agentes externos y refleja la salud del mismo, por lo que es importante consultar a especialistas en dermatología cuando no muestra un aspecto saludable y aparecen lesiones en ella, ya que estas pudiesen ser cancerígenas.
La doctora Wan Der Biest explicó que las lesiones sospechosas de cáncer de piel pueden aparecer con mayor frecuencia en las zonas expuestas a los rayos UV, y con forma de: un bulto ceroso o perlado; una lesión plana, similar a una cicatriz marrón o del color de la piel; una úlcera con costras o sangrante, que si se cura y regresa, no cicatriza; un área grande de color marrón con partes más oscuras; un lunar que cambia de tonalidad, tamaño, forma o sangra; una lesión pequeña con borde irregular y partes de color rojo, rosado, blanco, azul o azul oscuro.
Factores que inciden
Afirmó que los factores de riesgo para padecer cáncer de piel son: tener una gran cantidad de lunares, tono de piel claro, exposición solar prolongada o excesiva (insolación), quemaduras de cualquier etiología, radiación y antecedentes familiares.
La dermatóloga del GMSP destacó que “el daño acumulado en la piel transforma el ADN de las células, lo que permite la aparición de manchas, el cambio de las fibras que nos dan soporte y elasticidad, la deshidratación y la aparición de cáncer de piel y otras lesiones”.
La especialista indicó que para minimizar el riesgo de padecer cáncer de piel “es importante tomar en cuenta que en la ciudad no se deben usar protectores solares a prueba de agua, porque estos son únicamente para utilizar en la playa o la piscina”. Añadió que “se debe proteger diariamente la piel con bloqueador de factor mayor a 30, y colocarlo cada 3 horas, si se expone al sol”.
Señaló que se debe usar ropa adecuada especial que proteja de los rayos UV, por lo que aconsejó: utilizar gorras, camisas con mangas largas, pantalones, faldas largas, lentes de sol; evitar los métodos de bronceado artificial; y tomar en cuenta que la iluminación artificial también contiene radiación UV.