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Un diagnóstico temprano del Alzheimer da acceso a tratamiento especializado

Don’t worry, this medical test isn’t so bad

El Alzheimer es un trastorno neurocognitivo progresivo que causa pérdida de la memoria y deteriora habilidades cognitivas como el pensamiento y la orientación espacio temporal, lo que afecta el comportamiento, y la capacidad de comunicación. Esto debido a que la condición reduce el tamaño de la masa cerebral, lo que provoca cambios degenerativos en las células nerviosas del cerebro, disminuyendo el funcionamiento de las neuronas.

Los médicos especialistas consideran que su diagnóstico temprano puede ayudar a mejorar la calidad de vida, disminuir las ansiedades sobre a qué se deben los síntomas que se están experimentando, y se podrá tener acceso al tratamiento y a diversas terapias que contribuirán a conservar el funcionamiento del organismo y de sus funciones cognitivas, para retrasar la evolución de la enfermedad.

Ese diagnóstico temprano también permitirá a familiares y/o cuidadores despejar dudas sobre síntomas, evolución, terapias y tratamientos de la enfermedad. 

La neuropsicóloga de Hogar La Ponderosa, Katherine Vergara, señaló que, en cuanto al Alzheimer, “hay factores de riesgo que pueden conducir a la enfermedad, uno de ellos es el estilo de vida previa, si se suma mala alimentación, falta de ejercicio, poca reserva cognitiva y altos niveles de estrés”, se puede propiciar la aparición de esta o de otras enfermedades.

Destacó que la residencia y centro integral Hogar La Ponderosa cuenta con un equipo especializado de cuidadores profesionales, suficientemente capacitados para dar atención personalizada a cada huésped, permanente o temporal, con trastornos neurocognitivos como el Alzheimer y el Parkinson, entre otras condiciones neurodegenerativas.

Diagnóstico médico

Como sucede con otras enfermedades neurocognitivas, para diagnosticar que una persona padece o no Alzheimer se requiere la consulta con médicos especialistas, que investigarán la historia clínica e indicarán los exámenes complementarios que se necesiten, como pruebas de sangre, estudios de imágenes cerebrales, exámenes físicos y neurológicos, comportamiento de la persona y factores genéticos para descartar cualquier otra patología, así como también es necesario realizar una evaluación neuropsicológica.