El Día Internacional de las Personas Cuidadoras se celebra cada 5 de noviembre desde el año 2014, para recordar la labor que realizan las personas que se dedican al cuidado de pacientes o familiares que se encuentran en situación de dependencia, como lo son los adultos mayores que padecen de Alzheimer, Parkinson o enfermedad de Huntington, entre otras patologías.
La licenciada en Enfermería, Alejandra Ayala, señaló que “cuando se trata de una persona con patologías neurodegenerativas, los cuidadores -familiares o profesionales- son fundamentales para ayudar a mantener las rutinas de la vida diaria: como alimentación, aseo personal, actividades físicas y de estimulación cognitiva, así como de recreación, que a su vez resultan de gran importancia para evitar un deterioro apresurado o un rápido avance de la patología”.
Aseguró que quien cuida a un adulto mayor con trastornos neurocognitivos “debe tener mucha paciencia ya que, a diferencia de otro tipo de paciente o familiar dependiente, alguien que padece Alzheimer, por ejemplo, requiere cuidado constante y atención de todas sus necesidades”.
Profesionales o familiares
Señaló que hay dos tipos de cuidadores: el familiar y el profesional con formación en carreras sanitarias. Para los familiares que cumplen este rol recomienda informarse adecuadamente sobre la patología, para así poder intervenir de forma positiva en el desarrollo o evolución del padecimiento.
Enfatizó que “el pariente cuidador tiene una labor más difícil porque hay un lazo familiar, pero hay que tratar de entender la enfermedad. Además, no debe entregarse de lleno al cuidado y olvidar que él mismo tiene necesidades de descanso y recreación, para lo cual es importante la distribución de responsabilidades con los demás familiares o en su defecto con un profesional, si es el único familiar disponible, porque hay mucha carga mental y emocional en el cuido de un paciente”.