En la segunda etapa de su gira de 12 días por la región Asia-Pacífico, el papa Francisco aterrizó este viernes en Puerto Moresby, capital de Papúa Nueva Guinea.
La visita del sumo pontífice, de 87 años de edad, es la tercera de un papa a este país de 12 millones de habitantes, mayoritariamente cristianos.
Por aire, mar o a pie, los peregrinos viajaron a la capital para ver al papa. En Puerto Moresby, las calles, otrora polvorientas, fueron adecentadas y decoradas con los banderines amarillos y blancos de la Santa Sede.
Papúa Nueva Guinea es uno de los Estados más empobrecidos e inestables del Pacífico, escenario de recurrentes violencias tribales. En enero, unas manifestaciones antigubernamentales contra la bajada de salarios provocaron disturbios mortales.
Durante su visita, Jorge Bergoglio tiene previsto reunirse con obispos, niños que viven en la calle y oficiar una misa ante decenas de miles de fieles.