El humo de los incendios forestales en Brasil afecta gravemente la calidad del aire en varias zonas de Sudamérica, en muchos casos producto de la deforestación o la quema no controlada de tierras para la agricultura o el ganado, así como las sequías prolongadas.
Los incendios forestales en Sao Paulo enfrenta una sequía extrema que ha dejado a varios ríos en sus niveles más bajos en la historia y ha aislado a decenas de comunidades rurales, pero sobre todo, ha dejado a una gran cantidad de animales muertos y heridos.
El gobierno de Brasil informó que unas 6.718.025 hectáreas de la amazonía brasileña han sido arrasadas por los incendios desde que comenzó el año, lo que supone un 1,6 % del bioma.