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El cáncer es una enfermedad que afecta no solo a quienes la padecen, sino también a sus familiares. En este difícil proceso, la relación que se establece entre el médico y el paciente, así como con sus seres queridos, juega un papel fundamental en la recuperación y el bienestar emocional.
La importancia de una comunicación abierta y empática
La doctora Susana Arocha, psiquiatra de la Clínica de Prevención del Cáncer (CPC) de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), destaca que es esencial que los profesionales de la salud establezcan relaciones cercanas con sus pacientes. Esto permite que el paciente se sienta seguro y acompañado, lo que contribuye a que pueda manejar sus emociones y asumir su diagnóstico y tratamiento con una actitud más positiva.
La falta de comunicación abierta con el médico tratante puede generar incertidumbre, tristeza y ansiedad en los pacientes oncológicos, quienes pueden enfocarse en pensamientos negativos sobre la evolución de la enfermedad. Por lo tanto, es fundamental que los médicos informen apropiadamente sobre las enfermedades oncológicas con empatía, en lugar de emplear una explicación técnica, para que los pacientes puedan compartir sus pensamientos y sentimientos con mayor facilidad.
Una atención centrada en el ser humano
La doctora Arocha enfatiza que la atención médica que se brinda debe estar centrada fundamentalmente en el ser humano, no solo en su padecimiento. Esto implica escuchar al paciente, comprender sus inquietudes y ofrecerle el apoyo emocional que necesita.
Recomendaciones para fortalecer la conexión médico-paciente
- Fomentar una comunicación abierta y sincera: Animar al paciente a expresar sus dudas, miedos y sentimientos.
- Escuchar con atención y empatía: Ponerse en el lugar del paciente y tratar de comprender su perspectiva.
- Explicar la enfermedad y el tratamiento de manera clara y comprensible: Utilizar un lenguaje sencillo y evitar tecnicismos innecesarios.
- Ofrecer apoyo emocional: Brindar al paciente la contención y el aliento que necesita para afrontar la enfermedad.
- Involucrar a la familia en el proceso: La familia es un pilar fundamental en el apoyo al paciente.
Al seguir estas recomendaciones, los profesionales de la salud pueden establecer relaciones significativas con sus pacientes, lo que se traduce en una mejor calidad de vida y una mayor probabilidad de recuperación.
