
El Papa Francisco, quien falleció hoy, dejó un legado que marcó profundamente la iglesia católica y el mundo durante sus 12 años de pontificado. Elegido en marzo de 2013 como el primer papa Jesuita, latinoamericano y no europeo en más de 1.200 años, su papado se caracterizó por un mensaje de humildad, inclusión y compromiso social.
Entre los aspectos más destacados de su pontificado están:
Defensa de los pobres y migrantes: desde su primera visita pastoral a Lampedusa en 2013, denunció la “globalización de la indiferencia” hacia los migrantes y refugiados, convirtiendo la atención a los más vulnerables en una prioridad constante.
Reformas internas: impulsó cambios significativos en la curia romana, promoviendo transparencia financiera, lucha contra la corrupción y abusos sexuales.
Apertura y diálogo: promovió una actitud más acogedora hacia comunidades tradicionalmente marginadas, incluyendo católicos Lgbtq+, y facilitó un acercamiento histórico con otras religiones.
Compromiso ecológico: su encíclica laudato si’ (2015) puso en primer plano la defensa del medio ambiente y la urgencia del cuidado del planeta frente al cambio climático.
Promoción de la paz y la fraternidad: fue clave en procesos internacionales, como el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba en 2014, y abogó por la cooperación entre naciones para un desarrollo sostenible y justo.