El secretario general de la OEA, Luis Almagro, y algunos países americanos han condenado la violencia en Nicaragua, pero crece la presión para que la crisis se aborde en el organismo y el Gobierno de Daniel Ortega rinda cuentas.
Las protestas en la nación centroamericana duran ya 11 días y suman al menos 38 muertos, pero en la Organización de los Estados Americanos (OEA) no se ha convocado ninguna reunión al respecto ni está prevista ninguna por el momento, según explicaron hoy a Efe fuentes diplomáticas.
Sin embargo, un grupo de naciones -entre ellas Estados Unidos, México y Perú- impulsaron una sesión extraordinaria para este lunes sobre la situación humanitaria en Venezuela, el país sobre el que se han hecho más reuniones en los últimos dos años.
Se repite así lo que ya ocurrió con la crisis postelectoral de Honduras a principios de año: los países de la OEA se negaron a convocar una sesión sobre ese tema, pero sí hicieron una acerca de los futuros comicios venezolanos, que no son hasta el 20 de mayo.
En esa ocasión, Almagro solicitó que abordaran la crisis hondureña e ignoraron su petición, pero esta vez no ha promovido ningún encuentro sobre Nicaragua.
Además, ha condenado la violencia en términos generales, evitando atribuirla al Gobierno, grupos afines o fuerzas de seguridad, como sí han hecho numerosas organizaciones de derechos humanos.
Human Rights Watch, en su informe sobre la crisis publicado ayer, habla de “graves abusos” del Gobierno de Ortega en las protestas y del uso de “fuerza excesiva” por parte de la policía.
Freedom House considera lo ocurrido una “masacre” y acusa al Ejecutivo nicaragüense de “violaciones de los derechos humanos”, según dijo a Efe su director para la región, Carlos Ponce.
Asimismo, los senadores estadounidenses Marco Rubio y Bob Menéndez, en una carta pública enviada el miércoles a Almagro, señalan que la policía de Nicaragua perpetró “ataques violentos” contra civiles pacíficos.
Y le piden que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) investigue de inmediato lo ocurrido.
El diplomático uruguayo prepara una respuesta formal a los senadores, según explicó a Efe una fuente de la Secretaría General, y confía en que “la CIDH sabrá cumplir su tarea”.
La Comisión condenó el martes las muertes y anunció que pediría a Ortega autorización para entrar en el país para hacer una visita de trabajo.
El Gobierno de Nicaragua no ha dado ninguna pista hasta el momento sobre si lo permitirá.
Una misión de la OEA retomó ayer las negociaciones con el Gobierno nicaragüense sobre las reformas del sistema electoral, pero sus responsables evitaron referirse a la crisis actual, que se originó por el rechazo ciudadano a una reforma del seguro social y ha terminado siendo una movilización contra los once años de Ortega en el poder.