Si bien es cierto que cada diagnóstico es distinto, aceptar y asumir el tratamiento contra el cáncer suele ser un proceso difícil y, para sobrellevarlo en el ámbito personal y familiar, es esencial contar con una atención integral que involucre la orientación psicológica.
Así lo afirmó la psiquiatra Susana Arocha, de Clínica de Prevención del Cáncer perteneciente a la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), quien expresó que “con la palabra cáncer los pacientes piensan en dolor y muerte. Hoy en día es otra cosa. Asusta; pero resulta que muchas veces es curable con diversas opciones. Lo principal es hablar bien con el médico que hace el diagnóstico para saber qué representa y el pronóstico para poder enfrentarlo”.
“Lo más importante es la información, esto es clave para no caer en depresión y, además, involucrar a la familia para que brinde todo el apoyo posible durante el proceso y tratamiento del paciente. Esto brinda la fuerza para continuar. Si la persona considera que el impacto es muy fuerte, no tiene apetito o sueño y llora con frecuencia, debe buscar apoyo psicológico de inmediato”, comentó.
De un buen respaldo, tanto familiar como profesional, depende la evolución de la enfermedad durante la quimio o radioterapia. “El progreso es favorable cuando los afectados se sienten acompañados por sus seres queridos; así como de un experto que le facilite las herramientas para lograrlo”, apuntó.
Arocha, indicó que es necesario hablar de la situación, miedos y, sobre todo, respetar decisiones, tiempos de adaptación y diferencias. “Compartirlo hace la diferencia. El psiquiatra o psicólogo hace una evaluación que involucra el aspecto social, mental y espiritual. A la par acompaña y da herramientas para afrontar el padecimiento. Los familiares, el médico y el mismo paciente deben ir monitoreando los cambios que hay en su vida y abordarlo en conjunto”.
Además, la especialista resaltó que la ayuda psicológica siempre es positiva, “si la persona no busca ayuda el médico oncólogo debe detectar cuándo el paciente necesita asistencia profesional de un psiquiatra o psicólogo clínico, quien evaluará y definirá si amerita tratamiento individual y familiar en base a la situación, síntomas, reacciones y relaciones”.
La Clínica de Prevención del Cáncer (CPC) de la SAV brinda esa asistencia, ya sea por referencia del especialista tratante o por solicitud del paciente.