Aunque muchas personas consideran que la epilepsia es una enfermedad mental, realmente es un trastorno neurológico que afecta la actividad eléctrica del cerebro. No es hereditaria y no se cura, pero con un tratamiento adecuado, muchos pacientes logran llevar vidas plenas y activas, incluyendo trabajo y relaciones.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que aproximadamente 50 millones de personas en el mundo viven con epilepsia, convirtiéndola en uno de los trastornos neurológicos más comunes a nivel global.
“En Venezuela no se manejan cifras; sin embargo, se habla de un porcentaje entre 5 a 10 %, en base a las consultas médicas. No obstante, si de cada 100 personas 10 están afectadas, es bastante”, aseguró el doctor Isaac Mosquera, presidente de la Sociedad Venezolana de Neurología (SVN).
Para determinar que un paciente sufre de epilepsia, debe enfrentar varias crisis recurrentes, y ser sometido a una serie de estudios como electroencefalograma y resonancias magnéticas cerebrales, hasta que el especialista, en este caso un neurólogo, lo diagnostique.
¿Qué origina la epilepsia?
El presidente de la Sociedad Venezolana de Neurología explicó que existen múltiples causas que pueden originar una epilepsia desde el nacimiento.
“Cualquier daño que pueda ocurrir a nivel de un grupo neuronal desde el nacimiento, incluso por el pasaje por el canal vaginal, ocasiona un sufrimiento fetal que puede alterar las neuronas que más tarde pueden activarse ante el estrés, una infección u otra situación producto de la vida adulta como el trasnocho, el alcohol o las drogas”, precisó.
Señales de alarma en un paciente
El especialista aclaró que cualquier persona puede tener una crisis de epilepsia, sin importar la edad ni el sexo.
“Puede ocurrir desde el nacimiento o en la vejez avanzada. Sólo se requiere que tenga unas neuronas afectadas y un estímulo que desencadene una alteración de la actividad eléctrica del cerebro y luego pasa a tener la crisis”.
Si una persona convulsiona, por primera vez, no significa que sea una epilepsia. “En el caso de los niños, por ejemplo, pueden tener convulsiones por inmadurez de su cerebro, por un aumento de temperatura o están deshidratados, eso no significa que tengan epilepsia, son convulsiones febriles, y para determinar que un paciente sufre de epilepsia deben ocurrir varias crisis para que el especialista la diagnostique”.
Una crisis que pase de 5 a 10 minutos debe considerarse una emergencia, y como tal, el paciente debe ser trasladado a un centro hospitalario, a los fines de evitar un estatus convulsivo, recalcó el doctor Mosquera.